
Una consonante apunta a mi memoria distrae el pensamiento que enfoca estigmas de pueblo. Las imágenes son nítidas: cuarto, vela, niña bajo la cama, ventanas con frazadas, zapatos gruesos en la calle.
Lamo pesares de viudas; muerdo pan de niños ojerosos, tímidos que untan lagrimas en aceite y sal. Se lleva el penar como un manto silente, sin rictus, sin demostrar.
Apenas la consonante forja un apellido el retrato del pasado gris invadiendo los naranjos, sirenas, gente que corre, el apagón de años es un horror vacui…para algunos. Para otros… sólo silencio, porque era mejor callar.
Aún así , hay quienes dicen que no tengo historia.
MAGAOLIVEIRA
CHILE
Conmovedor, Maga.
ResponderEliminarY bello....
Muchos besos, desde el Hermano México