
No me pidas compañero, una orquesta de mi vida
Testimonio de dolores y anarquías
Que maman los pechos de poesía.
Olvidé las luchas sin compasión,
Pues mi corazón apaleado
Llora solo en un rincón.
Sequé sangre junto a una cabecera amarga
Untando las mejillas, compañero,
En el sudor de sueños sin patria.
No pidas, compañero, una orquesta de mi vida.
Hermoso texto y hermosa imagen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Haces magia con las palabras maga. Un gusto leerte!
ResponderEliminarAbrazos y felices fiestas.
Bye
Pues si no una orquesta, sí nos ha dejado aquí una sentida canción.
ResponderEliminarGracias, Maga.
Buenísimo Maga! mirá donde te encontré! Realmente hermosos tus poemas, pasaré seguido. Saludos y abrazos!
ResponderEliminarUn disfrute.
ResponderEliminarAbrazos